¡Que se besen!

Por En Cierta Medida

Les recomiendo la serie documental 'Vietnam, vida tras la muerte', que pueden ver en diferentes cadenas si tienen paciencia para buscar. Vean 'Vietnam, vida tras la muerte', un agradable paseo por un país hasta hace poco tiempo asociado al napalm y a los helicópteros bailando al ritmo de Wagner, y luego echen un vistazo a 'Desaparecido en combate II' o a 'Corazones de hierro', es decir, a Chuck Norris armado y peligroso empeñado en no desaparecer en combate para siempre jamás y dejarnos tranquilos, y a Michael J. Fox interpretando un papel que no es el de un adolescente regresando del futuro. Ya no será lo mismo.

​Odio las películas sobre la guerra de Vietnam (aunque sean obras de arte mayores como 'Apocalypse Now'), pero me gustan las películas de guerra, sobre todo cuando la acción se desarrolla muy lejos de nuestro presente. Prefiero una película sobre la II Guerra Mundial ('Objetivo Birmania', por ejemplo) a una película sobre la guerra de Vietnam. Prefiero una película sobre las cruzadas ('Las cruzadas', de Cecil B. De Mille) a una película sobre la II Guerra Mundial. Prefiero una película de guerra ambientada en la antigua Grecia ('La guerra de Troya', de Giorgio Ferroni) a una película sobre las cruzadas. Prefiero una película en la que los hombres pelean contra brontosaurios y arañas gigantes ('Hace un millón de años', de Don Chaffey) a una película sobre la guerra de Troya. Y, ya puestos, prefiero una película en la que los humanos se pelean con los extraterrestres ('Independence Day', de Roland Emmerich, sin ir más lejos) a una película ambientada en una imposible prehistoria. La guerra es más soportable cuanto más se aleja del presente y de la realidad.

Las guerras son horribles. Por eso en 'Casablanca' Ingrid Bergman le dice a Humphrey Bogart, mientras los alemanes invaden París, que le bese como si fuera la última vez. La guerra es menos horrible cuando Ingrid y Bogart se besan. Así que las películas de guerra no sólo son más soportables cuando más lejos están de nosotros, sino que son menos horribles si hay un beso entre Ingrid y Bogart. ¡Que se besen! Que se besen en la II Guerra Mundial, en las cruzadas, en Troya, en la prehistoria y en una invasión alienígena. Y, después, no olviden ver 'Vietnam, vida tras la muerte'.

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