Editorial / Huelga de firmas

El diario asturiano 'La Nueva España' salió a la calle ayer sin firmas en sus informaciones porque su plantilla y su empresa están enfrentados por el despido de un trabajador, un conflicto que ha colmado el vaso de su Redacción que ahora denuncia las malas condiciones y la falta de respeto personal en la que se desarrolla su labor.

La situación es nueva en ese periódico, pero no en la profesión; porque sindicatos y partidos necesitan de los medios para llegar a la gente y toleran cualquier abuso por parte de las editoras, que les impedirían aparecer en sus páginas si denunciaran esas situaciones.

De modo que sindicatos y partidos son cómplices del deterioro del Periodismo. De hecho, 'La Nueva España' no sería del Grupo Moll si no fuera por la intervención de José Ángel Fernández Villa cuando se privatizaron los medios de la Cadena del Movimiento del franquismo. Y a la cabecera la convirtió Francisco Álvarez Cascos en una máquina de hacer dinero, cuando le metía una página de publicidad cada día desde el Ministerio de Fomento.

Por no remontarse más en el tiempo y recordar que el periódico surgió de la incautación del diario socialista 'Avance', a los que Franco robó la maquinaria y las instalaciones. Por eso salió con ese nombre (que hacía referencia a la España de Franco) y estuvo siempre vinculado a la Fundación Francisco Franco.

Pero todo eso es Historia; a día de hoy, 'La Nueva España' es uno de los mejores diarios regionales del país y es un periódico de referencia. De modo que su plantilla se merece un respeto, que parece que la dirección no le dispensa. Y por eso tiene el respeto de esta casa en su conflicto con la empresa.

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