El mundo al revés

Por Jorge de Quintes

Aunque pueda parecer increíble, Ecuador recomendó hace unas semanas a Suecia en la ONU que mejorara sus prácticas judiciales. La justicia en Ecuador es bien cuestionada por todo tipo de organizaciones internacionales por su sumisión al presidente. Lo que Rafael Correa pide en sus sabatinas se pone en marcha cinco minutos después caiga quien caiga y aunque sea necesario violar algunos principios fundamentales del derecho como juzgar cosa ya juzgada. Suecia es, seguramente, una de las más genuinas representaciones del primer mundo con una probada independencia entre los poderes.

Ecuador y Suecia tienen un conflicto diplomático por culpa de Julian Assange. El hacker australiano, responsable de la mayor filtración de documentos clasificados del siglo, se refugió en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar ser extraditado a Suecia. Allí le abrieron una investigación por presunto acoso sexual. Assange, uno de cuyos defensores es Baltasar Garzón, se escudó en que Suecia podría detenerlo y enviarlo a Estados Unidos por sacar a la luz los papeles secretos y lleva mil días en la sede diplomática ecuatoriana. Con un gasto millonario en seguridad para el Gobierno británico y ecuatoriano. Un enredo a tres que, parece se encamina a su fin.

La fiscal sueca Marianne Ny ha aceptado interrogar a Assange en la legación ecuatoriana. Ella ya ha manifestado que no cree que esta sea la mejor opción pero algunos delitos prescribirían en agosto, de ahí el cambio de parecer. Londres tendrá que asistir al desarrollo de una acción judicial de magistrados de otro país dentro de sus fronteras. Y Ecuador dice que se siente satisfecho con la medida pero que se podría haber aplicado antes. Otra vez el pez chico y más cuestionado dando lecciones de valor y moral a los grandes paquidermos europeos.

La pregunta es qué habría pasado si esto hubiese afectado a la justicia ecuatoriana. Las soflamas de Correa en la sabatina del tipo quiénes se creen que son estos para afectar la independencia ecuatoriana o ya no somos una colonia se habrían escuchado hasta en Groenlandia. La otra pregunta es por qué Assange tiene miedo de acudir a Suecia para que lo interroguen. Y después de ser abordado por la fiscal Ny, ¿por qué iba a dejar su cómodo refugio en un lugar donde se siente impune y que le ha generado gran popularidad?

A veces el mundo tiene estas pequeñas grandes historias llenas de contradicciones y desatinos.
 

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