Omán y la guerra civil en Yemen

Por Mohamed Boundi

El sultanato de Omán se distingue, dentro de los países del Golfo, por su actitud peculiar: adopta una estricta neutralidad en los conflictos que sacudan la región incluso en Yemen, país limítrofe que está inmerso en una guerra civil.

Con un discurso sencillo y claro, el ministro de asuntos religiosos del Sultanato de Omán, Abdallah Ben Mohamed Ben Abdallah Assalimi, afirma en Mascat que su país no forma parte ni del problema ni de la solución de la guerra civil en Yemen sino de la restauración de la paz en este Estado vecino. En una declaración reconoce que “la situación de guerra que vive Yemen preocupa seriamente tanto a las autoridades como a la opinión pública en Omán puesto que estamos intentando que se recupere la estabilidad y la paz en este país”.

La situación en Yemen no está perfectamente entendida a causa de la inestabilidad política y el largo mandato de los militares en el poder militar. Al principio, los hutís, que colaboraron en la lucha contra los grupos terroristas de Al Qaida, entraron pacíficamente en algunas zonas sin derrame de sangre. Sin embargo, la situación se complicó como consecuencia de la intervención extranjera: “Rechazamos la injerencia en nuestras asuntos internos como no admitimos intervenir en los asuntos de los demás”, afirma Ben Abdallah Assalimi.

En este contexto, propone a los países vecinos de colaborar al desarrollo económico, a la restauración de la estabilidad política y animar a las distintas partes en Yemen al llegar a un consenso para poner fin al conflicto bélico.

Cita como ejemplo a Afganistán que, tras la intervención de la alianza internacional, es ahora un Estado devastado, y afirma que “debemos inspirarnos del modelo de Europa que consiguió eliminar a los regímenes totalitarios para poder dedicarse al desarrollo económico”.

El ministro omaní lamenta también la implicación de los jóvenes árabes, musulmanes y occidentales en las mascares protagonizadas en Irak, Siria, Kenia o Nigeria por el “Estado Islámico de Irak y el Levante” (ISIS o Daish en árabe) en nombre de una ideología sin fundamento religioso: “Se trata de jóvenes engañados que no han entendido ni estudiado los verdaderos preceptos del Islam que invita a la reflexión, predica la tolerancia y prohíbe el homicidio y el asesinato de personas desarmadas, enfermas y menores.

El discurso de los cabecillas de este movimiento “se sitúa fuera de la lógica y está contrario a los valores humanos”, nos explica el ministro omaní en esta entrevista hecha al margen de la 14  Conferencia sobre “El desarrollo de las ciencias de la jurisprudencia islámica”.

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