EDITORIAL / El gesto de Varoufakis

El referéndum de Grecia se cobró ayer una víctima inesperada en el ya exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, que dimitió para facilitar el acuerdo con la Unión Europea que puede salvar a su país... acuerdo que ahora debe ser político, como ha dicho este medio.

Y, por eso, Varoufakis ha hecho un gesto político, quitándose de enmedio y encarnando el protagonismo de todos los males de Atenas, para que Bruselas pueda justificar con su salida que las negociaciones sobre la deuda siguen en marcha tras el 'no' de los votantes, resultado que el neoliberalismo lleva semanas diciendo que implicaría la salida del euro.

Aunque ese escenario nunca fue verdad, porque expulsar a Grecia del euro llevaría a la quiebra a muchos bancos del Norte de Europa y eso es algo que la UE no hará jamás... pero reconocerlo podría generar una sucesión de referendos en los países del Sur; y por eso hacía falta un chivo expiatorio para justificar que Berlín sea con Atenas más laso que con otros.

Varoufakis se ha sacrificado para ser ese chivo expiatorio y con ese gesto último demuestra ser un político diferente y muy alejado del modelo de burócrata comunitario, lo que hace comprensible que haya sido mal recibido allí; si hay algo que odian los tecnócratas de la UE es un personaje de criterio propio, solvencia sobrada (intelectual y económica) e independencia total, como ha sido el ministro griego.

Todo europeo debe despedirle con aplausos porque fue el único que tuvo en la cabeza sus problemas; así es que ¡hasta siempre, Yanis!

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