Poder en los medios para ejercer nuestros derechos

Por JOSÉ CARLOS GARCÍA FAJARDO

Circula una carta por Internet para que nos sumemos a los más de 50.000 ciudadanos que ya la hemos firmado y alcanzar el número legal y documentado de personas para ejercer la acción ciudadana reconocida en la Constitución Española y es porque ésta no protege los derechos humanos de forma adecuada y suficiente. El artículo 53 de la Carta Magna crea unos derechos ‘de primera’, como la vida o la libertad, mejor protegidos y unos derechos ‘de segunda’, como la vivienda o una renta básica.

Por ello, Amnistía Internacional, Greenpeace, Oxfam Intermón, Solidarios para el Desarrollo y muchas otras organizaciones de la sociedad civil nos hemos unido en la campaña “Blinda tus derechos. Cambia el artículo 53” para exigir a los partidos políticos que incluyan la necesidad de un cambio constitucional en sus programas electorales.

Si entre todos cambiamos el artículo 53, lograremos que todos los derechos estén mejor protegidos y tengan las mismas garantías, sin clases ni jerarquías. Y esta es la carta que estamos firmando en esta maravillosa red de encuentros y de acciones con compromiso que nos brindan las nuevas tecnologías.

“Blinda tus Derechos. Cambia el artículo 53”

A la atención de los partidos políticos:
He sabido que la Constitución Española y su artículo 53, no protegen todos mis derechos por igual, ni de forma suficiente, creando derechos de primera, como el derecho a la vida y la libertad, que pueden ser reclamados directamente ante los tribunales, y de segunda, como el derecho a la vivienda y al medio ambiente. Sin embargo, todos los derechos humanos son igual de importantes y se relacionan entre sí, por lo que deben tener las mismas garantías de protección, sin clases ni jerarquías.
Por tanto, pido que incluya en su programa electoral una reforma de la Constitución Española que blinde los derechos humanos y mejore su protección, empezando por reformar el artículo 53. Así todos los derechos tendrán las mismas garantías y contribuirán a mejorar la vida de las personas.

Esta petición forma parte de una propuesta de reforma de 24 disposiciones constitucionales presentada por Amnistía Internacional, Greenpeace y Oxfam Intermón. Además de la reforma del artículo 53, esta propuesta pide una Constitución que: mejore la protección respecto a ciertos derechos que consideramos protegidos insuficientemente: se adecue a los principios de universalidad e igualdad en el ejercicio de los derechos;  refuerce la protección del derecho a un medioambiental saludable, mejore la protección de los derechos de vivienda y salud regulando su contenido mínimo esencial, mejore las garantías de las personas durante la detención; garantice los derechos de acceso a la información y participación ciudadana; garantice el derecho de reunión pacífica incluso en aquellos casos donde la comunicación previa no es posible, así como el reconocimiento directo del derecho de asilo. Y prohíba la pena de muerte en todos los casos.

Incorpore el derecho a la renta básica y ciertas obligaciones internacionales para cumplir los derechos humanos fuera de nuestras fronteras: garantizar una política de cooperación para el desarrollo, vigilar que las empresas españolas respeten los derechos humanos en el extranjero, y el cumplimiento de las obligaciones sobre transferencia de armas en relación a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.

Garantice el principio de ‘no regresividad’ de los derechos y una financiación suficiente para hacerlos valer”.

La movilización ciudadana para ejercer nuestros derechos fundamentales, sociales y políticos ya no depende en exclusiva de partidos políticos ni de otros organismos o instituciones que funcionan como si la ciudadanía viviese en una permanente minoría de edad y tuviese necesidad de estar protegida para una “seguridad” prometida en lugar de para vivir en una auténtica sociedad democrática, libre, justa y comprometida en un modelo de “sobriedad compartida” no dominada ni por fanatismos, ni por oligarquías financieras ni por poderes fácticos de economías de mercado o de estatismos periclitados por injustos e inhumanos.

Basta ya de lamentos, abstencionismos en la participación ciudadana, sumisiones ni fantasías populistas o por poderes que no conocen fronteras ni identidades sociales, políticas y que están arraigadas en la misma naturaleza de los seres humanos. El derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad es patrimonio de los pueblos organizados y conscientes de sus responsabilidades ciudadanas. Ejerzámoslos por todos los medios a nuestro alcance, que son muchos, pues nadie sabe de lo que es capaz hasta que se pone a hacerlo.

José Carlos García Fajardo es profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)

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