EDITORIAL / Bufons

El indepentismo catalán mueve hoy una ficha sin vuelta atrás en su escenificación de la proclamación de su república y el Gobierno de España le contestará llevando el problema a los tribunales, lo que serán dos astracanadas más de un proceso que ya roza el sainete. Porque ni el 'parlament' tiene capacidad para proclamar la segregación ni los jueces son las personas adecuadas para resolver un conflicto que es, sobre todo, político.

Pero a Artur Mas le gusta sentirse el mocín de la película y a Mariano Rajoy le encanta hacer de estadista sensato; y así España ha llegado a un punto de idiocia que alimentan desde hace décadas muchos de sus políticos de primera fila: Aznar y su pacto del Majestic, Zapatero y sus gracias a la nación catalana... o Pujol y González con su lealtad institucional.

El caso es que Barcelona consagra esta mañana su voluntad de romper con Madrid; y todo el país asistirá indolente a un ataque sin precedentes contra su supervivencia. Igual todo no es más que otra acción propagandística de unos bufones, pero... habrá que ver en qué queda la jornada.

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