¿Son las candidaturas populares de México una oportunidad? O ¿son más de lo mismo?

Por Rodrigo Pacheco

“Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes”. Friedrich Nietzsche.

Es innegable que en nuestro país así como en la mayoría de las Democracias modernas (¿Qué es eso?) existe un hartazgo creciente en lo que se refiere a los partidos políticos. Para México, lo político durante el siglo XX fue definido por tres siglas, tres palabras que significaron el partido, la organización política más importante: PRI (Partido Revolucionario Institucional). Con solo una alternancia en el Ejecutivo Federal (como olvidar los 12 años del PAN, “La docena trágica” como la llaman algunos) los mexicanos estamos acostumbrados a ver a los mismos partidos, los mismos grupos y los mismos personajes sentados en los Palacios y curules, ya sean federales, estatales y municipales, constante que se replica hasta en los liderazgos vecinales. La competencia electoral en nuestro país es un aún muy joven, muy nueva.

Durante largo tiempo el PRI tuvo el control total de todo lo que oliera a electoral. Tras una larga lucha de resistencia a finales de los años setentas, con la reforma política federal de 1977, se abrieron espacio de participación de las “minorías” políticas, con los que muchos consideran el inicio de la “transición democrática” en nuestro país siempre con Jesús Reyes Heroles como impulsor. Los efectos de este histórico cambio se vieron reflejado rápidamente con diputados de la oposición en la Cámara Baja. Así el PAN, el Partido Comunista Mexicano, el Partido Popular Socialista, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Demócrata Mexicano y aquel clásico Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) pudieron participar en la vida legislativa de México.

Han pasado casi 40 años desde esa reforma. Si bien sería injusto decir que no ha había cambio sustanciales en el sistema político mexicano, donde el PRI perdió la mayoría en las cámaras, ya dos veces la Presidencia de la República, así como muchas gubernaturas, alcaldías y demás espacios de representación; la sociedad civil y la ciudadanía habían estado negadas a la participación directa en elecciones, donde los partidos se habían vuelto la única manera de acceder al poder.

En 2012 se aprobó la reforma en materia político-electoral que permite las candidaturas ciudadanas tras la presión de activistas y asociaciones civiles que pugnaban por nuevos espacios para la participación. Hoy en día las candidaturas ciudadanos o independientes representan la oportunidad para quitar a los partidos políticos el monopolio del acceso a los puestos de representación popular, la ruta al poder.

Esta forma de participación electoral era una deuda que se tenía con la ciudadanía, así como una verdadera sinrazón el hecho de que ciudadanos no pudieran participar en elecciones antes del 2015 en México.

El año pasado pudimos ver diferentes candidatos que lograron el triunfo en las elecciones por la vía independiente, aquí algunos ejemplos:

1.- Jaime Rodríguez “El Bronco”, logro llegar a ser Gobernador de Nuevo León. Ex Priista y quizá el personaje más representativo de los independientes.

2.- Manuel Clouthier Carrillo. Hijo del excandidato presidencial Manuel J. Clouthier, Maquio, Cluothier Carrillo logro una diputación federal por Sinaloa. Tenía experiencia en la política con al PAN.

3.- Pedro Kumamoto. Vencedor en la elección para Diputado Local en Jalisco por el distrito de Tlaquepaque. Sin experiencia real, de solo 25 años y con una campaña austera y basada en mensajes de redes sociales.

4.- Óscar Valdés, quien gano la Presidencia Municipal de Morelia. Este ex panista se adjudicó el triunfo en la capital de Michoacán desde una candidatura ciudadana, al no encontrar oportunidad de competir por su partido.

5.- César Valdez García. Gano la Presidencia Municipal de García en Nuevo León. Quien fue el Secretario particular de “El Bronco” durante su gestión municipal en este municipio, aprovecho la fuerza de Jaime Rodríguez para quedarse con uno de los bastiones electorales.

Aun cuando algunos candidatos independientes lograron ganar el año pasado así, la participación de candidatos independientes aún se realiza en condiciones muy desfavorables y los esfuerzos de los partidos para detener a los Candidatos Independientes no se han hecho esperar. Los partidos políticos de Estados como Quintana Roo, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Tlaxcala han promovido leyes que dificultan la participación de independientes.

Con reglas como no haber pertenecido a un partido los tres años anteriores a la postulación, conseguir firmas del 5% del Municipio o Distrito, que los que apoyan a los candidatos deben de ir a las oficinas de la autoridad electoral y otras trabas sin sentido, los Diputados locales han dificultado la participación de los candidatos independientes. Así, los partidos locales protegen su tan anhelado “hueso” con reformas que muchos han tildado como de “Anti Bronco”. Solo falta ver que en la Ciudad de México, los aspirantes a una Diputación de manea independiente necesitan cantidades ridículamente altas de firmas para lograr el registro. Lo que parece una verdadera odisea.

En Oaxaca, en la próxima elección de junio de este año donde se elegirá el cargo de gobernador, 25 diputados locales de mayoría, 17 plurinominales y 570 alcaldes, los candidatos independientes no se han hecho esperar. En nuestro estado la norma dicta que se necesita el 2% del apoyo ciudadano para lograr la candidatura independiente y para la gubernatura del Estado a la fecha han demostrado intención de participar de manera independiente tres candidatos: Juan Manuel García López, Zenén Ávila Elena y Matías Romero Solano.

En cuanto que para competir por la diputación ya hay ocho ciudadanos que han entregado su carta de intención: Raúl Cabrera Guzmán, Eduardo Aragón Mijangos, Rogelio Cajas Díaz, Nahúm Audiel Ramírez Juárez, Andrés Avelino Soriano, Noé Luis Hernández, Jaime Román Bautista Lucas y Luis Alberto Hernández Manzano; para los distritos de Oaxaca de Juárez Sur, Oaxaca de Juárez Norte, Tlacolula de Matamoros, Ixtlán de Juárez y Santa Lucía del Camino.

La convocatoria aún está abierta para quienes aspiren a competir por alguna presidencia municipal, donde seguramente veremos a muchos más aspirantes listos para dar batalla. Cabe destacar que por ahora solo se ha entregado documentación por lo que la autoridad electoral la avalará, para después solicitar las firmas correspondientes. Al lograr este largo y difícil proceso, podrán ser considerados Candidatos, por lo que es seguro que muchos se quedaran en el camino.

Si bien hemos visto que las candidaturas independientes motivan liderazgos carismáticos, casi siempre de personajes partidistas que no son beneficiados para competir por su partido, además de que no se compite en condiciones equitativas desde un proyecto independiente y muchos otros pormenores; es innegable que con la participación de candidatos “que no tienen partido” se abre la posibilidad mayor participación desde la ciudadanía. Es verdad que aún falta mucho por hacer, pero si es un cambio sustancial en nuestro sistema político. Una pequeña ventana para poder aspirar a realizar las cosas de diferente manera.

Pero también una ventana que los partidos intentaran cerrar a como dé lugar.  En Oaxaca, en este 2016 veremos un proceso electoral único, siendo el elemento diferenciador la participación de Candidatos Independientes. Y podremos ver si las candidaturas independientes son en verdad una oportunidad ciudadana o solo “Más de lo mismo”.

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