EDITORIAL / Ese tal Soria, ministro aún
El ministro canario del Gobierno en funciones, ese tal José Manuel Soria –que a mucha gente se le parece a José María Aznar– es, probablemente, muchas cosas, pero hay una que es fijo: mentiroso. Ya que ha dicho que no sabe nada de sus sociedades en Panamá y ha sido hasta secretario del Consejo de Administración en, al menos, una de ellas. Y puede que mucho más en otras...
Aunque esto de que mienta un hombre de Mariano Rajoy no es novedoso, ya que el propio presidente es el farsante más grande que ha mandado en España: Adolfo Suárez fue un tahur; Felipe González, un trilero; José María Aznar, un taimado; Rodríguez Zapatero, un idiota... Pero el gallego es un mentiroso en toda regla.
Pese a todo, lo de Soria va más allá: no sólo miente, sino que además embauca; así que no es sólo un mentiroso, sino, además, un hipócrita. Y de su comportamiento debería derivar su dimisión, cuando no la destitución por parte del Presidente del Gobierno... que no llegará, porque el de Pontevedra es especialista en ponerse de perfil ante la actualidad y esperar a que escampe el temporal.
El tal ministro Soria es el último personaje de un partido popular en el que la corrupción es una forma de ser. Y es el penúltimo alto cargo cuya ejecutoria le deja más cerca de la delincuencia que del comportamiento común. ¡Habrá que ver qué está aún por salir...!
Aunque esto de que mienta un hombre de Mariano Rajoy no es novedoso, ya que el propio presidente es el farsante más grande que ha mandado en España: Adolfo Suárez fue un tahur; Felipe González, un trilero; José María Aznar, un taimado; Rodríguez Zapatero, un idiota... Pero el gallego es un mentiroso en toda regla.
Pese a todo, lo de Soria va más allá: no sólo miente, sino que además embauca; así que no es sólo un mentiroso, sino, además, un hipócrita. Y de su comportamiento debería derivar su dimisión, cuando no la destitución por parte del Presidente del Gobierno... que no llegará, porque el de Pontevedra es especialista en ponerse de perfil ante la actualidad y esperar a que escampe el temporal.
El tal ministro Soria es el último personaje de un partido popular en el que la corrupción es una forma de ser. Y es el penúltimo alto cargo cuya ejecutoria le deja más cerca de la delincuencia que del comportamiento común. ¡Habrá que ver qué está aún por salir...!
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