Ya son una secta

Por Alejandro Ortea

Causa alipori la actitud de los políticos de Podemos en general al salir en defensa de un delincuente agresivo, condenado a pena de cárcel, tres años y medio la sombra, por haberse ensañado contra un ciudadano, a la sazón concejal socialista en un pueblo jiennense. El violento de marras, ya con antecedentes, es de Podemos y sus correligionarios se han puesto muy agitados porque se cumplan las sentencias: pretenden que el colega se libre de la trena, así por la cara. En lugar de un sentenciado delincuente, hablan de él como si un inocente y pacífico activista se tratara. ¡Pues vaya con el angelito!

Como lúcidamente expresa un amigo, Podemos no debe ser considerado como partido político al haber alcanzado el rango de secta, y como tal se han comportado, sin ir más lejos, nuestros sectarios podemitas de nuestro pueblo, infiltrados en Asturias –y sobre todo en Gijón– por el sindicato CSI, también de violenta historia en la localidad y resto de la provincia. Al igual que en el resto de España, en nuestro pueblo volvieron sus iras contra el PSOE, dado el odio que ya tienen demostrado sentir hacia esta última formación política. Primero, le agreden a un concejal andaluz, luego facilitan el gobierno de la derecha y después descargan su ira y su odio contra los socialistas.

Por lo que a estas alturas ya se vislumbra, habrá a finales de junio nuevas elecciones generales: hemos tenido la suerte de que ese odio de la gente de Pablo Manuel Iglesias a todo lo que huela a socialista haya impedido cualquier clase de coalición entre ellos, porque con Podemos en el gobierno de la nación la situación se habría convertido en ciertamente irrespirable. Es difícil imaginar a los integrantes de una secta dentro del gobierno.

En el Congreso de los Diputados le han facilitado la vida a Mariano Rajoy, prolongando su periodo de gobierno en funciones y en nuestra villa marinera le regalaron la alcaldía a la gente  de Cascos y Moriyón, que son derecha pura y sin paliativos.

Si la gente de la Corriente causó enorme daño a la villa y su concejo en los ochenta y noventa con el ejercicio de la violencia callejera, para lo que hasta no dudaron en importar desde las vascongadas a jóvenes expertos en la “kale borroka” etarra que asesoraran a sus cachorros, ahora están causando un daño enorme a la ciudad al mantener a la caritativa cirujana como primera autoridad y su grupo de ineptos concejales. Pero, curiosamente, van a manifestarse ante la sede local socialista para protestar por la encarcelación de uno de sus violentos congéneres, nada menos que de Jaén.

Este comportamiento ni es inocente ni despistado: es malvado sin paliativos. Los de Podemos, “Xixón sí Puede” en su marca local, son la hez de nuestra sociedad; elementos peligrosos disfrazados con la piel de cordero de políticos como los demás. Por ello, bien está que metan a alguno de ellos entre rejas cuando el ejercicio de la violencia se haga insoportable, como cuando aquí fueron alojados en Villabona Cándido y Morala por destruir propiedades públicas. De aquella, y a pesar de lo justo de la decisión de los tribunales, un compasivo primer secretario de los socialistas locales pagó su fianza. Es de esperar que, a estas alturas, se haya tenido tiempo para arrepentirse convenientemente de tan magnánimo gesto con quienes, a posteriori, han demostrado que no lo merecían.

Hay personas despreciables y el haber obtenido el número de votos que sea en alguna que otra cita electoral, no les quita ni un ápice de tal indeseable cualidad. Serán algunos concejales e incluso diputados regionales o en las Cortes, pero seguirán siendo despreciables por su actitud sectaria y, en ocasiones, de tendencias violentas, lo uno no palia lo otro.

NOTA.– Publicado originalmente en 'La Nueva España' de Gijón.

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