EDITORIAL / Berlín

'Astures' pasará pronto unos días en la capital alemana –si nada se tuerce–, durante unas vacaciones en las que descubrirá con sus familiares la ciudad más enigmática de Europa. Y ello porque si durante el apogeo del fascismo en Europa –en la primera mitad del siglo XX– nadie llevó tan allá esta ideología como los nacionalsocialistas de Adolf Hitler (la España de Franco y la Italia de Mussolini tuvieron campos de concentración y de trabajo, pero nunca pusieron en marcha campos de exterminio, como los germanos Auswitch, Sobibor, etcétera) la verdadera maldad del pasado siglo es la de los alemanes.

Hoy, Berlín es una más de las capitales europeas y de aquella época terrible sólo conserva las imposibles colinas en su territorio urbano (que entierran las ruinas de la guerra sobre una tierra que debería ser llana como cualquier otro pantano); y poca gente recuerda allí lo que pasaba hace setenta años... probablemente porque no tiene interés, frente al culto Berlín de los años veinte o a la Bauhaus de los cincuenta; aunque el cine se regodea en aquel lodazal.

Cuando el siglo XXI lleva ya vividos dieciséis años y hay ultraderechistas emergiendo en toda Europa, hay que recordar que la Alemania de hace casi un siglo fue una excepción en la historia de este pueblo europeo culto como pocos; donde vivieron Bach, Beethoven y Mozart, los tres mejores músicos de la historia. También vivió luego un tal Adolf Hitler y seguramente muchos subnormales (como los ajusticiados por la Eugenesia, sin ir más lejos), pero estos engendros inferiores no tienen interés para la fama de un pueblo... Qué conste..

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