EDITORIAL / Secuestros

Tres españoles que llevan meses sin descansar bien duermen ahora en España... y los tres son periodistas, lo que confirma que su profesión sigue siendo peligrosa (aunque haya gente que trata de convertirla en burocrática) y eso es –por supuesto– porque ellos y otros todavía hacen cosas que importan. Aunque lo suyo no es un caso general, sino excepcional.

"Periodista es sólo un tipo enfrentado al Poder", dice un principio que se da por hecho en la profesión, aunque poca gente lo cumple. De hecho, un dirigente clásico de la izquierda de Asturias dijo a este respecto esta semana en las redes sociales: "Entonces, hay muy pocos periodistas en España".

Y es verdad. Aunque, si la política es la gestión de los intereses comunes, también se puede proclamar: entonces, hay muy pocos políticos en España. Y ello porque este país llegó muy tarde al reparto de roles y aquí nada es lo que parece: ni muchos 'informadores' son periodistas ni muchos 'lobbistas' son políticos; es más, alguna gente que cobra por influenciar ('Astures' iba a decir "influir", pero no es lo mismo) están en el Periodismo y no en la Política.

Volviendo a los medios de comunicación, resulta que vuelven a dormir en casa los colegas Antonio Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre, de los que dice el espionaje español que los ha tenido controlados durante sus diez meses de cautiverio, pero esa afirmación tiene toda la pinta de ser falsa; así que han vuelto a su país "dichosamente". Celebrémoslo.

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