House contra Merlí

Por En Cierta Medida

¿Quién es Merlí? Un profesor de filosofía que protagoniza la serie del mismo nombre en LaSexta, probablemente la serie con el doblaje (la serie es catalana) más irritante de la historia de los doblajes irritantes. ¿Quién es House? Un brillante cabrón consumidor de pastillas que cojea por los pasillos del Hospital Princeton-Plainsboro golpeando a la ética médica con su bastón. Merlí es un profesor mediocre, por mucho que los guiones se esfuercen en presentarnos a este tipo ya madurito que vive con su madre, tiene a su hijo como alumno, se acuesta con una colega nada más llegar y roba exámenes en la sala de profesores como una versión catalana del profesor Keating de 'El club de los poetas muertos'. House es un gran médico, aunque los guiones nos presenten a este especialista en enfermedades infecciosas como un borde insoportable, chulo, egocéntrico, cruel con sus subordinados y seco con sus pacientes. Pero resulta que, si la filosofía necesita un héroe en estos tiempos de cólera, ese héroe no es Merlí. El héroe es el doctor House.

El doctor House encuentra a Foreman en la capilla del hospital (tiene remordimientos tras haber perdido a un paciente) y le susurra: “¿Estás hablando con tu amigo imaginario?”. A un paciente que quiere morir para “dejar de ser prisionero de su cuerpo”, House le dice: “No hay Más Allá, sólo hay esto”. House no cree en Dios ni en al Más Allá. Si, al final, resulta que sí hay un Dios, un alma y un Más Allá, House podría decir lo mismo que diría Russell: “Dios debió darme más evidencia”. Una paciente de House está a punto de morir, y House descubre en el último momento qué es lo que le va a matar. Su paciente, sin embargo, no quiere saberlo. House, perplejo, pregunta: “Esto te está matando, ¿no te interesa saber qué es?”. Sócrates, para quien una vida sin examen no vale la pena de ser vivida, entendería a House. Además, un capítulo de la serie “House” se llama, precisamente, “El método socrático”, y House cree que el método de Sócrates es “la mejor manera de enseñar todo, excepto a hacer malabares con sierras eléctricas”. No hace falta ser profesor de filosofía para hacer filosofía. Lo que Merlí dice acerca de Maquiavelo, Nietzsche o Aristóteles no es más que un refrito de tópicos, mientras que House nos enfrenta a Maquiavelo, Nietzsche o Aristóteles mientras atiende a sus pacientes y aprieta las tuercas a sus subordinados.

Vuelve, House. La filosofía te necesita.

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