EDITORIAL / Alepo

La El Occidente informado se pregunta por qué la batalla de Alepo interesa desde hace días a sus medios de comunicación después de una guerra que dura años y nunca importó a nadie. Y la respuesta es inquietante: porque Rusia, Irán y Al Assad están a punto de vencer al Estado Islámico (Isis, Daesh o como se le quiera llamar, ya que todo son transliteraciones) que no es otra cosa que una herramienta de Occidente en tierra musulmana.

"Lo primero que se desmoronó ante mí cuando llegué allí", explica un gran periodista enviado a Siria "es la imagen de una guerra civil, porque no había tal guerra civil; las guerras civiles son entre nativos y una de las cosas más interesantes que descubrí fue que los sirios no estaban peleando contra los sirios, sino contra mercenarios de más de 60 países".

En efecto, las  tropas del Estado Islámico o del Frente Al Nusra –por mencionar sólo dos de las bandas combatientes— están integradas por libios, tunecinos, chechenos, egipcios, africanos, personas procedentes de muchas ex repúblicas soviéticas del sur con fuerte presencia musulmana... En Siria llegaron a existir más de mil grupos armados diferentes, y esto responde a la composición mercenaria de los mismos.

Supuestamente, la guerra había comenzado a raíz de los procesos conocidos como 'primaveras árabes', que según Occidente iban destinadas a derrocar tiranías, como las de Egipto, Túnez, Yemen o Irak. Pero, aprovechando esa ola, empezó a presentarse al presidente Bashar Asad como un dictador al frente de un gobierno totalitario y se dijo que el pueblo estaba luchando contra él.

"Cuando llegué –dice el reportero– descubrí a un pueblo combatiendo alrededor de su gobierno. Un pueblo mixto donde suníes, chiíes, armenios, azeríes, cristianos, todos combatían en la misma trinchera y bajo la misma bandera con su líder al frente. No existe en la historia un dictador que haya sobrevivido a años de guerra en esas condiciones".

La batalla de Alepo está siendo, en realidad, una lucha de propagandas, en la que Bashar al Asad no es más que un tonto útil... Y los astures deben saberlo, aunque la guerra sigue, así que habrá que saber más; hasta donde se pueda, porque la información oficial es la de las agencias, como se sabe.

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